jueves, 24 de mayo de 2012

Bellísimo!

 
Se necesitan, desde siempre.
Se contemplan, deseosos.
Se complementan.

La tierra deja seducirse sabiendo que él siempre estará allí,
dispuesto a humedecer, generosamente, sus labios.
A saciar su sed.

Un mar inagotable, dinámico e inquieto.
En devenir constante.
La tierra, la tregua.
Lo firme.
Descanso; pausa del mar.

Un mar creciente, la acaricia, besándola.
En franca seducción, entrecruzan sus pobladas miradas.
Se aferran a la ilusión de ser tan sólo uno.
A fundirse...

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